Esta muy particular actividad practica el descenso a la profundidad del mar a pulmón puro, es decir, sin equipos de submarinismo tradicionales como son el equipo SCUBA o el esnórquel. En un principio la disciplina permitía descender unos pocos metros, pero alcanzó tal nivel que para evitar la desorientación visual se requirió de una cuerda atada a un ancla perfectamente vertical, con esto el practicante solo sigue la cuerda en el descenso y ascenso sin necesitar orientarse abriendo los ojos. La presión del agua es un límite incluso para los más veteranos, porque se puede tener una gran capacidad pulmonar y aun así el cuerpo no soportará más de determinada presión.
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